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Cuarto principio: “Las personas responden a los incentivos”

Para entender de manera óptima el principio número cuatro de la economía, primero debes tener claro que es un incentivo.

Un incentivo es cualquier componente, sea una recompensa o castigo, que influye en la toma de decisiones de una persona o un agente económico. Los incentivos pueden seguir la siguiente clasificación: “económicos o no económicos”. En los económicos encontramos: (precios, salarios, impuestos y subsidios). Mientras que en los no económicos podemos encontrar (reconocimiento, entre otros).

Su importancia es que alteran el costo-beneficio percibido de una acción, haciéndola más, o menos atractiva. El entender cómo funcionan los incentivos puede ayudar a tomar decisiones más consientes.

Análisis global: a nivel global los incentivos juegan un papel crucial en la cooperación y competencia entre países. Tanto las políticas internacionales como los acuerdos multilaterales, que a menudo se diseñan para alinear el interés de las naciones hacia objetivos, utilizando incentivos como herramientas comunes. Ejemplo: Un claro ejemplo pueden ser los Acuerdos Climáticos, los países pueden ser incentivados para reducir su consumo de petróleo mediante acuerdos internacionales que ofrecen beneficios económicos.

Análisis a nivel estatal: Dentro de un país, los gobiernos, fomentan los incentivos para direccionar el comportamiento económico de sus ciudadanos hacia metas nacionales.  Ejemplo:Subsidios a la agricultura” el gobierno puede tomar la decisión de ofrecer subsidios a los agricultores para incentivar una mejor y mayor producción de ciertos cultivos (ej.: el café de alta calidad). buscando aumentar la producción nacional, la mejor calidad de los productos y promover prácticas agrícolas sostenibles.

 

Análisis a nivel individual: en el ámbito individual los incentivos son fundaméntalas para incentivar a las personas para comportarse de cierta manera o ya sea para realizar ciertas acciones. Ejemplo: “Bonificaciones en el trabajo” Una empresa puede ofrecer bonificaciones a sus empleados por alcanzar ciertos objetivos de ventas o productividad. Esto lleva a incentivar a los empleados a trabajar de una forma más eficiente para obtener la recompensa.

En resumen, podemos decir que este principio nos recuerda, que entender estos incentivos es crucial para diseñar políticas públicas efectivas y para entender el comportamiento económico.

Tercer principio: “las personas racionales piensan en términos marginales”